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En principio ningún radicalismo, ninguna polarización de las cosas es buena porque cuando con gran pasión e inmensa ingenuidad se declara que un extremo es absolutamente irrefutable, se está perdiendo de vista el camino para llegar a eso que conocemos como verdad. Ese es el fenómeno que se da cuando con tristeza o decepción en los ojos muchos colombianos afirman que la educación en Colombia es la peor del mundoa raíz de los resultados de las Pruebas PISA.

La imagen aquí adjunta es muy clara y para el tema habla por sí misma. No todos los países se pueden medir con los mismos indicadores puesto que sus procesos de aprehensión de la realidad y significación de esta misma son muy diversos y muchas veces, divergentes. De esa forma, si evaluaran nuestra disciplina es claro que los paises orientales ganarían puesto que la han ejercitado durante siglos, siglos que nuestro país vivió bajo conquistas y revoluciones.

Como ya lo han dicho varios expertos citados en este reportaje, PISA no mide conocimientos, sino competencias, por lo que primero y en principio habría que sacarse de la cabeza ese cuento de los peores del mundo.

 

Un indicador es un indicador y nada más. Como muchas otras pruebas que existen a nivel internacional, esta tiene una manera de evaluar específica en cuanto a tres areas: matemáticas, lectura y ciencias. El conocimiento en su totalidad no se limita exclusivamente a esas tres ramas por lo que los colombianos pueden estar tranquilos. No somos el país más bruto del mundo.

 

Ya dijo Juan Carlos Ballona; qué tal si nos evaluaran en arte, música o poesia. Habría que ver los resultados en ese caso.

Claro, en ningún momento lo anterior es un intento de justificar ese último puesto, pero como lo que aquí se pretende no es seguir mortificando a las personas con la idea de ser menos que cualquier otro país, es solo uno de los varios argumentos a favor para no tomar esa noticia como una desventaja, sino como una oportunidad.

 

¨​No es algo que se pueda medir en términos de justicia o injusticia¨ Así lo manifesto la Ex-ministra de educación. Y es cierto. Aludiendo al principio del texto tanto la injusticia como la justicia son dos opuestos y para encontrarle una solución al problema las polaridades se tienen que reconciliar para que de la mano puedan encontrar una manera de desarrollar las cosas en beneficio de todos nosotros.

Sin embargo, esta no es razón para ponerse en una actitud de que todo lo ajeno a Colombia es malo, puesto que sí bien hasta los animales pueden aprender unos de los otros, así mismo lo podemos hacer nosotros.

 

La oportunidad  es, a través de las experiencias que han vivido otros países tanto culturales como educativas, aprender. Las cosas son tan simples como eso. Un problema de educación se reduce a una solución educativa. Si tomaramos los otros modelos como ejemplo para aplicarlos en Colombia, podría verse si el resultado es distinto, e inclusive si dos de ellos se acoplaran podría descubrirse un modelo aún mejor. Las posibilidades existentes son muy variadas.

 

Así  los niños pueden aprender nuevas cosas, como también nosotros podemos hacerlo

También, los resultados de esas pruebas sirven para despertarnos en un sentido; es cierto que las situaciones que evalúan hablan de los horarios para tomar un tren y que los jóvenes colombianos no están familiarizados con ello, pero por cultura general deberían saberlo y en sus hogares debería reforzarse.

 

Nuestra juventud se está durmiendo, y está siendo adormilada por medios y herramientas que deberían despertar sus consciencias, no amaestrarlas. El Coordinador Internacional de PISA dijo que solo se tienen 15 años una vez en la vida y que para esa edad al menos hay que tener un mínimo de capacidades. El mismo problema plantea su solución. La disposición para aprender de otros es la respuesta y no solo se aplica para los jóvenes en crecimiento, sino para los ya mayores que a veces se niegan a dejarse enseñar por otros.

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