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En la mirada se le nota lo sutil y la sencillez, un motivo más para describir su personalidad, una mente llena de ideas que sueñan con cambiar la terrible agonía social, una mente que es abierta pero que también se ciñe a sus valores, a su crianza, a sus costumbres. Juan Lozano político, abogado, periodista, padre, esposo, hijo, amigo, pero sobre todo hombre, un hombre que lucha por sus ideales, que se inunda en ellos y los defiende a cabalidad, impetuoso y arriesgado. Mas allá de las imparcialidades del gobierno su empreño en buscar el desarrollo social es mucho más agudo que un fuerte retorcijón de estómago, el busca fuera de los listados ser más que un buen político de esos que” hablan por hablar” que prometen falsas esperanzas y que recurren a sus cómodos puestos para hacer justamente lo que hace el que nada hace. Con un sentido de partencia y con un escudo que lo defiende, él lleva sus propuestas y proyectos arriba del telón como un marino zarpa a la luz del alba, sin barco que lo acerque solo con su voz, su tenacidad y la fe que manifiesta tener por sus propósitos. Se encuentra sereno y no titubea, es cordial y generoso, se ve saludable y habla con detenimiento, sus palabras suenan certeras al hablar de política y del los vacios que se encuentran en ella, pero más allá de esa realidad se encuentra el Juan sonriente , el Juan que pone a su familia delante de todo, el tiempo compartido y la felicidad que le dan los momentos vividos con su querida María son el pilar de este hombre Bogotano de 50 años de edad , que ama la naturaleza, que lucha por ella y que cree que Dios es la guía del hombre y el hombre sigue sus pasos. 

 

Por: Alba Mosquera